Resumen
En este artículo exponemos algunos elementos relacionados con la hipótesis siguiente: en el proceso de reconstrucción de una cultura pública democrática en el país requerimos incorporar el pasado de violaciones a derechos humanos, en este caso, como ejercicio colectivo del derecho a la memoria. La justificación de esto tiene que ver con un presupuesto: no podremos construir un presente-futuro como sociedad decente sobre la base de negar el pasado, o de banal izarlo como un mero epifenómeno. Los olvidos interesados contribuyen a su manera a imposibilitar una ética civil compartible en el espacio público, y por tanto, terminan de un modo u otro, afectando la densidad de la vida democrática. Ello se revela de la mayor importancia en tiempos de una globalización atravesada por una dialéctica de
modemidadimodemización que tiende a disolver las claves del reconocimiento mutuo y las posibilidades de una sociedad justa, a nivel nacional o mundial.