Parece fuera de discusión que la administración belaundista tiene una grave responsabilidad en la aceleración de la espiral violentista en el Perú a partir de 1983. Si las primeras respuestas del gobierno al violentismo de Sendero Luminoso estuvieron signadas por la subvaluación del fenómeno, luego (a partir de diciembre de 1982) le transfirió el manejo del asunto casi por entero a las Fuerzas Armadas, con profundas consecuencias. Con Alan García el fenómeno no ha cambiado demasiado. Sostenemos que para entender el actual contexto de aguda violencia y para hablar en serio de posibles soluciones, es esencial partir de la situación de la institucionalidad peruanas, y que ciertas respuestas oficiales torpedean con tanta o mayor eficiencia que Sendero Luminoso la vigencia de una institucionalidad contra la cual es Sendero el que se ha levantado.
Palabras clave:
Perú, Terrorismo, Sendero Luminoso, Institucionalidad Democrática, Violencia Política
Biografía del autor/a
Diego García-Sayán, Escuela de Leyes, Universidad Católica de Lima
Peruano, cientista político y abogado; secretario ejecutivo de la Comisión Latinoamericana de Juristas y profesor de la Escuela de Leyes de la Universidad Católica de Lima.
García-Sayán, D. (1990). Terrorismo y pacificación en el Perú. Estudios Internacionales, 23(90), p. 221–239. https://doi.org/10.5354/0719-3769.1990.15541