El presente artículo tiene como objetivo investigar las heridas y cicatrices de los cuerpos torturados por la dictadura chilena, tomando como caso paradigmático la tortura de Karin Eitel relatada por Pedro Lemebel, para explorar, por una parte, el estatuto de verdad y archivo que comportan, y, por lo tanto, su capacidad de conformar un testimonio encarnado, es decir, una memoria propia del cuerpo; y, por otra parte, qué hacer con esas marcas y esa memoria, buscando cuestionar la función de la memoria a partir de la hipótesis de que ésta no se centra el pasado, fetichizando las heridas, sino en el futuro. En otras palabras, la tesis a defender será que la memoria debe evidenciar el pasado, donde el testimonio encarnado mostrará que una violencia aconteció al/en el cuerpo, pero su foco principal será evitar que aquello vuelva a pasar, asegurando una promesa y un porvenir.
Palabras clave:
Testimonio encarnado, Archivo, Memoria, Fetichización de la herida
Santibáñez Aravena, V. . (2024). El cuerpo y su memoria Heridas y cicatrices de la dictadura. Nomadías, (32), 129–143. Recuperado a partir de https://revistas.uchile.cl/index.php/NO/article/view/73643
