Las inversiones que efectúen en Chile los nacionales de países miembros de la Unión Europea y las que realicen los chilenos en el territorio de la UE, se rigen hoy por un derecho especial: el Derecho Chileno–Europeo de la Inversión Extranjera. En efecto, el tratado suscrito entre Chile y la Unión Europea, el 18 de Noviembre de 2002, que establece una Asociación entre la Comunidad Europea y sus Estados Miembros y la República de Chile, junto con regular aspectos muy importantes de la inversión extranjera, viene a coronar una serie de Acuerdos de Promoción y Protección de Inversiones vigentes que obligan, recíprocamente, a nuestro país con la mayoría de los Estados Miembros de la Unión. Estos tratados, junto al propio Acuerdo de Asociación Chile-UE, que consolida y confirma los derechos y obligaciones establecidos en los referidos acuerdos bilaterales, constituyen el contenido normativo de lo que hoy podemos llamar el Derecho Chileno-Europeo de la Inversión Extranjera.