El estilo urbano industrial ha demostrado su calidad de concentrador de la riqueza, excluyente, generador de grandes desigualdades sociales. Más aún como plantea el enfoque histórico estructural problemas como: el dualismo, el extraversión, la desarticulación, el desequilibrio, la inestabilidad, la dependencia; son consecuencias graves que dejan secuelas profundas en nuestras sociedades latinoamericanas (Bouviers, 1989).
Por otro lado desde el punto de vista psicológico y cultural el atropello a las tradiciones, a los esquemas ancestrales de conocer el trabajo, a los mecanismos religiosos-políticos de control social, a los sistemas integrados de salud mental con lo político y social etc. producen y han producido una destrucción de nuestras comunidades, especialmente las más autóctonas, si es que se puede hablar de tales comunidades (Rozas, 1989),