En este trabajo, se pretende demostrar que las filosofías de Kant y Schopenhauer son complementarias. Schopenhauer demuestra la obligatoriedad del deber en la práctica (importante preocupación de Kan) haciendo un paralelo entre constricción de la voluntad y negación de la voluntad. Cuando el hombre se cuestiona por qué debería someterse al deber (en su actuar cotidiano) en contra de sus inclinaciones, Schopenhauer le responde que es en él (el deber) en quién reside su verdadero objetivo: es el deber en realidad lo que todos buscamos, el sello fundamental de lo propiamente humano. La ética deóntica, tan fría muchas veces, y tan mezquina con nuestros intereses, es interpretada (casi inconcientemente) por Schopenhauer con una nueva luz, encontrando en ella la esperanza tan anhelada: la posibilidad de escapar de la tortuosa rutina -el ciclo de la agonía-, que nos mantiene ciegos de dolor, buscando en la distancia. Empujamos con toda nuestra fuerza a un objetivo que, sabemos, no podrá satisfacernos y somos incapaces de notar que la meta está en nosotros, que somos el fin último de nuestros actos, que la única posibilidad de liberación (i.e. nuestra libertad) está en la ley moral que llevamos dentro.
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*Una versión preliminar de este artículo fue presentado como trabajo monográfico en el curso Filosofía Moral, cátedra de M.E. Orellana Benado. Agradezco profundamente a Joaquín Trujillo por los comentarios realizados a una versión anterior de este artículo, las conversaciones sobre el tema y el material proporcionado sobre la materia. En la misma línea, agradezco el apoyo de Renato Garín y de mis amigos de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile por su enorme aprecio por la filosofía y la discusión.