"Para el Dasein absorto en la ocupación resulta cuestionable el otro en su dignidad, el cual mantiene una presencia como medio o asistente a dicho esfuerzo en un mundo donde el ser queda de manifiesto como un estremecimiento parmanente; un "hay" anónimo e impersonal que, ajeno a cualquier pretendido antropocenticismo, persigue su propia azarosa destinación".
La posición controvertida de Martín Heidegger en relación con el nazismo y su pensamiento, que emplaza al ser humano a partir de su relación privilegiada con el Ser, sirve de pie para examinar el estatuto que tiene el ser humano en relación a los otros y bosquejar, a partir de ello, las posibilidades para la fundamentación de una ética que, partiendo de las claves heideggerianas, tenga cabida para la dignidad del otro y los derechos humanos.