Resumen
Todo sistema legal necesita normas vagas, y luego el sistema necesita tribunales
que resuelvan disputas sobre la aplicación de normas vagas. La vaguedad y el
Estado de Derecho no son necesariamente incompatibles. Pero tampoco son necesariamente compatibles. Cuando las leyes vagas llevan a decisiones judiciales arbitrarias, un sistema legal pierde el Estado de Derecho hasta cierto punto. ¿Cómo podemos distinguir entre situaciones en las que la vaguedad desvirtúa o no el Estado de Derecho? Voy a abordar esta pregunta discutiendo la adjudicación de Derechos Humanos. Algunas de las normas más vagas de los sistemas legales se usan en las cartas de Derechos, y estas disposiciones pueden resultar en litigios que desafían la racionalidad, y por lo tanto, la legitimidad de la toma de decisión judicial.