Resumen
En virtud de una defensa irrestricta de la dignidad humana, se necesita un
nuevo derecho positivo que proteja audazmente la cultura de la vida, excluyendo
absolutamente el aborto y la eutanasia. Para ello es menester eliminar el tipo especial que hoy merece el aborto en nuestra legislación e incluir la conducta homicida del feto en “el que mate a otro” del homicidio simple de nuestro Código Penal. La apología de la cultura de la vida considera el derecho a la misma como esencial e inalienable. Ambas características se encuentran en la vida del humano no-nacido que se hace visible públicamente con los adelantos de la ciencia lo que permite entender de forma palmaria la necesidad de su protección.