El castigo de escribir (O el impulso asesino de crear)

Autores/as

  • Jaime Andrés Valladares

Resumen

Escribir es un castigo porque el escritor se vuelve transparente, vulnerable; no ante sí mismo, sino ante los demás. Escribir nos cuesta la alegría, invita a la soledad e imparte la angustia, pues crea y recrea nuevos mundos a partir de los tormentos a que la existencia obliga. La poesía y el arte como expresiones máximas del sentir del ser humano, sea a través de la transformación de lo real
a lo onírico, sea mediante expresiones aforísticas carentes de preámbulos; serán los que envuelvan en sí el tema del castigo como una constante en la creación artística: el castigo de ser, de sentir, de escribir, de leer, de sufrir, de doler. El pintor se desangra a través de colores oscuros; el escultor lo talla en una imagen indecisa; y el poeta lo emula en la creación de mundos constantemente en pugna.
Sin embargo en el castigo de escribir se encuentra el desahogo; y se transforma en una revelación en contra del dolor. Aunque el acto de escribir sea un castigo opresivo y asfixiante, es para el poeta lo único que evita que estalle en mil pedazos.

Palabras clave:

Castigo de escribir, poesía, sufrimiento, onírico, aforismo.