Revista invi Nº
33, Mayo 1998, Volumen 13: 52 a 66
¿ESTÁNDARES
DE NECESIDADES DE EQUIPAMIENTO?
M.Isabel Pavez R. (1)
El concepto de bien común asociado a la igualdad de
respuestas a las necesidades de una "población media" y
"hogar consumidor tipo", desencadenando ofertas aplicables
universalmente, correspondió a concepciones de la primera
mitad de siglo XX en Europa las que hoy no es posible sustentar. La
tarea actual de definir la demanda de servicios y equipamientos de la
población en el nivel comunal, en contextos
democráticos, descentralizados, en la búsqueda de
la equidad y calidad de los servicios, debe tener al origen el rechazo
de la necesidad de "equipamientos" establecida a priori, y el
reconocimiento de la diversidad de grupos de beneficiarios y de
contextos donde estos realizan su vida cotidiana.
The concept of a "common well being" associated to the answers to the
needs of a "standard population" and a "standard consumer honre" gane
birth to universally applicable offers and corresponds to concepts
created in Europe during the first half of the 20th century, which are
not applicable anymore. Today, the task of defining the demand for
services and equipment for a population ata communal level, in a non
centralised democratic context and in search for equity and service
quality must be based on rejecting a definition of equipment needs
stated beforehand ,as well as on the recognition of the diversity
present in beneficiary gropps and the contexts where they carry out
their lives.
1.- Arquitecta. Académica del Departamento de Urbanismo de
la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
1. INTRODUCCIÓN
1.1
Al origen de la formulación del estándar.
Por muchos años, las administraciones centralizadas y sus
planificadores, consideraron al Estado como el único
intérprete válido -"oráculo de los
tiempos modernos" (2)- de las necesidades de los individuos, las que
eran normadas, definidas, clasificadas y jerarquizadas por dicho nivel
central, el cual además proveía las respuestas
-estandarizadas-, en términos de «equipamientos
colectivos», los que eran presentados como la
única y mejor solución a las necesidades de la
población.
Se hacía referencia aquí, a un estereotipo de
sociedad y modo de vida que consideraba las características
de una «población media» definiendo un
«hogar consumidor tipo». Las respuestas a las
necesidades de éste, debían considerar un ideal
igualitario asociado entonces al bien común, lo que
desencadenaba ofertas aplicables universalmente.
Las tentativas chilenas para la construcción de un cuerpo
teórico y operativo en materia de Equipamientos Sociales, se
sitúan a fines de los años 1960s, especialmente
en el M.O.P., y son la repercusión de esta
formulación en la experiencia francesa, muy difundida en el
medio internacional, en los llamados "Grandes Conjuntos" residenciales.
Esta experiencia, cuya arquitectura fue el soporte de todo tipo de
equipamientos sociales, fue motivada por la necesidad de reconstruir
Francia luego de la Segunda Guerra Mundial, y constituyó el
primer producto urbano a gran escala y legado universal entre 1945 y
1975 (3).
El ideal igualitario que sustentó, venía
desarrollándose con mayorfuerza en Francia luego de los
diagnósticos políticos y técnicos del
régimen bajo ocupación alemana, en los cuales se
había señalado, entre otros, que los grandes
enemigos de Francia eran Alemania, los tugurios de las grandes ciudades
-con todo su hacinamiento, enfermedades y miserias que
disminuían la población, entre otros efectos- y
el abandono en que se tenía al campo y su
población, todo lo cual habría estado al origen
de la derrota militar de 1940 (4).
El concepto del bien común asociado a la igualdad de
respuestas a las necesidades de los individuos se volvió
imperativo entonces, imponiéndose una racionalidad para la
formación y consolidación de un "territorio de
Estado", que debía ser habitado por un "hombre universal",
en el seno de una arquitectura que también se quiso
universal.
Cabe destacar que ciertas prácticas
arquitectónicas y urbanas actuales se presentan
aún fuertemente dependientes de aquellas originadas en los
años 1940-1950. En Chile, en materia de Urbanismo, la
preocupación de algunos agentes del desarrollo urbano por la
formulación de nuevos "estándares de
equipamientos" en la década de los años 1990s, es
un ejemplo de lo señalado.
Esta reiteración del interés por el concepto de
"estándar" en Chile podría comprenderse toda vez
que la experiencia chilena perdió continuidad por largos
años en su acción y reflexión,
ignorando la evolución del pensamiento mundial en la
materia, y también por el hecho de no contarse
aún con una nueva teoría general de la ciudad -de
carácter radical y totalizador-, que nos distancie de la
teoría del Movimiento Moderno. Como se sabe, el aporte Post
Moderno al Urbanismo se redujo sólo a la
construcción de grandes conjuntos de carácter
monumental, basados en el concepto barroco de teatralidad.
Dicho interés podría responder también
a que el concepto de "estándares de equipamiento", entre
otros aportados por el Movimiento Moderno, ha tenido sus aspectos
positivos y útiles. En efecto, en su momento, la idea de
llevar los equipamientos y servicios iguales para toda la
población fué sin duda un aporte, habida cuenta
de las grandes diferencias de calidad de vida de los individuos y
familias.
Por otra parte, aún cuando se hubieran aplicado incluso con
deformaciones o mutilaciones, las grillas de estándares de
equipamientos fueron consideradas como el índice de
reconocimiento de las necesidades sociales, y pudieron servir -en una
medida limitada en todo caso- como documento de apoyo a los reclamos de
la población frente a las carencias en su
hábitat. Los Estados comprendieron los alcances de este
último aspecto y por ello, a menudo conservaron para estas
normas un carácter oficioso, cuando no semi-clandestino.
Por último, entre los aspectos prácticos de los
"estándares" destacaron también las facilidades
que presentaron para los efectos contables en la
planificación de los "Grandes Conjuntos" habitacionales,
para los cuales fueron concebidos (5).
La clientela internacional de "normalizadores", motores de todo
proyecto entre 1955 y 1975, agotó cuatro veces la
edición de Urbanisme Revue Francaise, Equipements des Grands
Ensembles, N°62-63, de 1959, conteniendo la grilla francesa de
estándares de equipamientos.
Esta primera versión de la grílla (Grilla Dupont)
(7), fue evolucionando hasta aparecer una segunda
versión en 1962 (8), la cual fue traducida en 1968
por la oficina del Programa de Equipamiento Comunitario, dependiente
del Departamento de Planes y Programas de la Dirección de
Arquitectura del M.O.P. de Chile (Convenio
M.O.P-Chile-Fundación FORD-USA), con el título:
"Un Sistema de Standard de Equipamiento Comunitario para Grandes
Conjuntos Habitacionales: el ejemplo Francés",
contribuyéndose con esto a la generación de
grillas nacionales de estándares de equipamiento.
Se recordará por último que las grillas francesas
operaban a base de una fragmentación de la totalidad urbana,
cuya forma inicial debió ser modificada con los
años por inoperante.
Aún cuando el caso de Francia constituye una experiencia
interesante, especialmente amplia, variada, continua y evolutiva desde
la post-guerra hasta nuestros días, debe tenerse presente
que los "Grandes Conjuntos" residenciales y de equipamientos heredados
desde los años 1950s, representan actualmente un gran
problema urbano, siendo rechazados por la población.
Así lo demuestra el Arqto. B. Vayssiere en su elocuente
libro Reconstruetion-Deconstruction (9). Muchos de ellos ya han sido
demolidos.
1.2.
Los términos de la crítica.
La formulación evocada, comenzará a ser discutida
por la crítica internacional desde principios de los
años 1970s, considerándosela como "sumaria,
estática, idealista y doblemente tecnocrática"
(10), pues no tomaba en cuenta el modo de vida de los habitantes, ni la
geografía de su lugar de asentamiento; tampoco el contexto
socio-económico-político, ni los avances
tecnológicos. Ella tuvo por efecto convertir a los
habitantes en «usuarios» de equipamientos
pre-definidos por el Estado, reduciendo la gran riqueza de sus reales
necesidades y multiplicando los equipamientos
«funcionales». En tanto, la población
seguía esperando por equipamientos más adaptados
a su modo de vida.
Pero, la obsolescencia en que fue cayendo el concepto de
"estándar de necesidades de equipamiento" en las
últimas décadas se produjo no sólo por
la constatación de la insatisfacción de las
necesidades reales de la población, sino también
porque el incumplimiento de las metas ideales (11) -de las cuales
sólo se fueron considerando finalmente las cifras que
acompañaron este tipo de formulaciones- condujo,
especialmente en contextos de altas carencias y escasos recursos (12),
a graves fracasos políticos de la administración.
Esto ha ocurrido aún cuando las metas que impusieron estos
estándares hayan estado referidas a lo que se
consideró un "mínimo satisfactorio".
La utilización excesiva de normas teóricas de
necesidades estandarizadas -las que no deben confundirse con las normas
utilizadas en la fase de programación operacional de todo
equipamiento (normas técnicas arquitectónicas de
un equipamiento específico y de seguridad e higiene)-,
condujo a nivel mundial, también en Chile:
-a la simplificación exagerada de los problemas, a una
aproximación sólo sectorial, no integradora, y
aún peligrosa de los problemas,
-a la consideración del estándar de necesidad
establecido, como una ley o un objetivo obligatorio y, sobre todo,
-a creer que cada tipo de problema puede ser solucionado por la sola
construcción de un establecimiento o acondicionamiento de un
espacio, olvidando así que un equipamiento es
simultáneamente un servicio, una organización y,
muchas veces, pero no siempre, un edificio o equipamiento propiamente
tal.
En Chile de los años 90s, aún cuando -25
años después del comienzo de las
críticas a la formulación evocada - ha habido
alguna iniciativa tendiente a la formulación de
"estándares de necesidades de equipamientos", observamos que
la mayoría de los sectores (13) están dando
cuenta de la necesidad de cam¬bios y formulaciones diferentes,
que se alejan de las propuestas de «estándares de
necesidades equipamientos».
![](n33_art06_img0.jpg)
En efecto, la tarea de definir la demanda de la población en
el nivel comunal hoy, en contextos democráticos,
descentralizados, en búsqueda de la equidad y la calidad de
los servicios colectivos, pasa por la referencia a:
-el estudio de las necesidades y espectativas reales de la
población , no sólo considerada como individuos o
grupos familiares aislados, sino también como grupos
sociales;
-el conocimiento y análisis profundo de la oferta de
servicios existentes en la comuna, y la evaluación del nivel
de servicio prestado;
-la consideración de concepciones contempo-ráneas
pertinentes al contexto, -si las hubiera- las cuales
deberían ser el resultado de la observación
cuidadosa y sistemática de múltiples casos
exito¬sos en -la realidad, en contextos equivalentes (modo de
vida, área geográfica natural, aspectos sociales,
económicos, políticos, etc.);
-las orientaciones de las políticas nacionales, regionales y
comunales de cada sector,
-las orientaciones de las políticas nacionales, regionales y
comunales de desarrollo económico y social.
La necesidad de modernización del Estado, que supone salir
de la patología burocrática del centralismo,
significará abandonar una postura donde los medios
(edificios) tomaban preponderacia sobre los fines de la
organización del servicio, la organización se
resistía a los cambios, la coordinación era
inadecuada, la integración era también
inadecuada, y donde la organización se ponía en
movimiento sólo para sobrevivir.
La hipótesis de la descentralización buscada
supone que aumentará la racionalidad y eficiencia de la
organización acentuando el énfasis en los fines y
en la recuperación de experiencias exitosas. Supone
además la transferencia de recursos y oportunidades. Y,
finalmente, supone también riesgos, pues en
función de la mayor autonomía de las decisiones,
se deberá asumir las consecuencias no sólo de los
aciertos sino también de los errores.
2. NO EXISTE LA NECESIDAD
DE EQUIPAMIENTOS A PRIORI
Se reconoce la existencia de necesidades fisiológicas,
sicológicas, sociales, etc., que cada individuo, familia, o
grupo social trata de satisfacer, o de negar. Para lograrlo puede
utilizar el trabajo y/o los bienes -cuyas modalidades de
utilización son extremadamente variables-,
también puede combinar recursos a dichos factores, no
existiendo la «necesidad de equipamientos» a priori.
Lo señalado anteriormente no debe traducirse en la
conclusión de que los servicios y equipamientos colectivos
son poco necesarios. Por el contrario, ellos son importantes e
indispensables, aún cuando la definición
normativa estandarizada de necesidades debe ser superada, por cuanto el
concepto de bien común hoy se asocia a la diversidad.
![](n33_art06_img1.jpg)
Por otra parte, el ciudadano común se va legitimando hoy
como un actor no técnico, que debe ir siendo apoyado para la
adecuada manifestación de sus aspiraciones, la adecuada
apreciación de sus propias necesidades, para la oportunidad
y correcta canalización de sus demandas. Hoy se supone que
son íos grupos sociales organizados para la
participación, los que mejor pueden formular
reivindicaciones que expresen exigencias objetivas vistos los
ciudadanos como conjunto, y no como colección de individuos
o de hogares por separado.
Una revisión de las políticas públicas
chilenas 1995-1996, para los sectores Educación, Salud,
Justicia, Poder Judicial, Deportes y Seguridad Ciudadana (14),
seleccionados en la perspectiva de conocerlas pautas que
orientarán en los años próximos el
tipo de oferta de equipamientos necesarios para los diversos servicios
implícitos en acción, ha resultado pertinente
toda vez que se sostiene como principio esencial, que no es posible
determinar necesidades de equipamientofísico a nivel
comunal, o cualquier otro, sin tener primero un conocimiento profundo
de la nueva filosofía del servicio (15) de
interés, y de la organización más
conveniente a dicho servicio.
2.1.
Racionalizar y tipificar.
La revisión documental para los servicios referidos, no da
cuenta de requerimientos en el sentido de promover la
configuración de «estandares de necesidades de
equipamientos».
No obstante, no se soslaya la necesidad de racionalizar y tipificar los
establecimientos específicos, y de reestudiar si
corresponde, las normas técnicas arquitectónicas
y de seguridad e higiene, correspondientes a la fase de
programación operacional en todo proceso de
producción de un equipamiento.
En algunos casos, como por ejemplo, en los sectores
Educación (E. Media) y también
Gendarmería (Cárceles), cambios
drásticos en los nuevos objetivos de estos servicios, y la
obsolescencia, cuando no el colapso de los equipamientos existentes,
señalan la desarticulación total dei proyecto
arquitectónico heredado.
2.2.
Organización sistémica.
La concepción modernizadora de los servicios colectivos
analizada, supone en todos los casos, una aproximación
sistémica a su organización, la que hace
recurrente referencia a totalidades sistémicas abiertas,
donde información y beneficiarios del servicio deben
«circular» por canales internos eficientes y
eficaces, debiendo establecerse además, las adecuadas
relaciones con otras totalidades sistémicas externas afines
(todos los sectores que tengan un rol que cumplir en la
resolución de un determinado problema).
Ello conduce a la necesidad de esclarecer los modelos de
organización relacionan para el adecuado funcionamiento al
interior de los servicios tanto como entre servicios afines, todo lo
cual repercutirá en la infraestructura física, su
equipamiento, y su localización.
![](n33_art06_img2.jpg)
El cumplimiento del objetivo de intersectorialidad, frente a una
complejidad creciente de los problemas en los sectores y a la
generalización de la necesidad de una visión
integral de las personas para la resolución de sus
problemas, conduce al objetivo de utilizar mejor todos los recursos
posibles, complementando acciones del sector público y
privado. La búsqueda urgente de modelos de
optimización relacional ha conducido a propuestas
innovadoras de organización, como es el caso en
Salud, donde todos los recursos se organizan en adelante, en
función de la llamada «Unidad Sistémica
de Salud», la que utiliza toda la capacidad instalada en un
territorio dado sea del sector público o del sector privado,
organizada en «red asistencial».
2.3.
Diversificación de la tipología de intervenciones
del servicio.
Todos los servicios, en la perspectiva de lograr la justicia social,
tienden a tener como meta el cumplimiento de los principios de:
- universalidad: el derecho al servicio de toda la población;
- solidaridad: los beneficiarios aportan según sus recursos;
- equidad: se busca una igualdad de acceso social al servicio, pero
también una igualdad en el incremento del nivel de servicio
al que se accede.
Frente a la limitación de los recursos para el cumplimiento
del objetivo, la búsqueda de soluciones alternativas a la
habitual respuesta de "crear equipamientos" para satisfacer las
necesidades, se vuelve relevante.
Los equipamientos son apreciados hoy, sólo como una parte,
no siempre imprescindible, de la satisfacción de la
necesidad. La experiencia exitosa del programa «Consultorios
de Asistencia Jurídica» a la población
significó que el 84% de los casos atendidos durante un
período de dos años, fuera resuelto por la
vía extra-judicial, es decir, sin tener que llegar a
Tribunales, lo que a su vez demuestra que, en rigor, no existe
"necesidad de equipamiento" a priori.
Los servicios de los sectores analizados indican que los cambios que se
estima necesario en ellos para su modernización responden
también, en parte, a una complejización creciente
de los problemas que se deben resolver.
El caso de la salud, es ilustrativo de esta nueva realidad por cuanto,
en el próximo futuro, Chile estará viviendo en un
contexto que comprende simultáneamente las tres etapas del
fenómeno llamado «de transición
epidemiológica», a diferencia de lo que fue
ocurriendo en los países hoy desarrollados, donde las etapas
se vivieron como una secuencia.
Ello induce hoy al sector a poner fuerte énfasis en las
acciones de «fomento para la prevención y
protección de la salud», como una estrategia para
enfrentar la mayor dificultad en la resolución de los
problemas derivada de la citada complejización del cuadro de
salud. Dicha acción de fomento se cumplirá muchas
veces en los espacios de otros servicios públicos o privados
(escuelas de todo tipo, liceos, medios de comunicación,
cárceles, hogares de menores, etc.). Tampoco en este caso se
generan nuevas demandas de oferta de equipamiento en el servicio.
2.4.
Población beneficiada.
Se expresa en todos los casos analizados, el reconocimiento de una gran
diversidad de grupos de beneficiarios en el universo poblacional
(niños, mujeres, ancianos, población penal,
discapacitados, adolescentes en conflicto, población
vulnerable y en riesgo, habitantes pobres urbanos, habitantes pobres
rurales, etc.), y también la necesidad de tener una
perspectiva integral de su persona, en el contexto de su proyecto de
vida en sociedad.
La necesidad del «acercamiento del servicio a cada
grupo», pasa por la consideración de las
implicancias de este objetivo en la imagen que la infraestructura
física y su lugar de localización provocan en el
habitante. Hoy se diseñan colegios, también
hospitales, y cárceles, de tal forma que "no parezcan"
colegios, hospitales, o cárceles.
![](n33_art06_img3.jpg)
2.5. Diversidad de la oferta de equipamientos.
Llama la atención que, a pesar de la voluntad generalizada
en todos los sectores analizados, de reconocer la especificidad de lo
local, sólo el sector Salud, agrega al reconocimiento de la
diversidad de grupos de beneficiarios, el reconocimiento de las
diferencias de sus necesidades en función de la amplia
diversidad geográfica y climática de nuestro
territorio. Esta consideración sería esencial a
la correcta reformulación de proyectos
arquitectónicos en todos los sectores, en el marco de
tipologías adecuadas, a lo menos, a conjuntos de regiones.
2.6. Soporte humano.
En todos los sectores revisados se presenta una apreciación
del soporte humano de los servicios, con el mismo valor que el soporte
técnico. Esto conduce a importantes acciones en los
servicios para efectos de capacitar al personal o reciclar su
capacitación, generar estímulos para el ascenso
en la carrera administrativa, y también mejorar su entorno
de trabajo, especialmente cuando este impone restricciones especiales
indirectas al funcionario en razón de la naturaleza del
servicio, como es en el caso de las cárceles, entre otros.
2.7.
Modernización de los servicios en concordancia con el
desarrollo económico.
Los principios de equidad y calidad buscados, quedan planteados en
razón de las necesidades de justicia social y de
funcionamiento adecuado de la democracia, pero también de la
necesidad de crecimiento de la economía del país.
Todos los servicios proponen adaptar la legislación que les
concierne, para brindar una oferta de servicio coherente con la
modernización económica del país. De
alguna forma queda establecido entonces que, en el contexto de la
política económica vigente, no es estrictamente
la sola demanda local la que dará origen a la oferta de
servicios y equipamientos.
Es interesante observar que, hasta antes de la
radicalización del modelo neoliberal, era el Estado quien se
encargaba de la «producción de la
demanda». Hoy, la producción de la demanda entra
en los circuitos de la ganancia privada, y la nueva función
estatal parece ser la de equilibrar la «producción
de la producción» con la
«producción de la demanda».
Esto induce a pensar que no hay en realidad comprensión
posible de las necesidades sino en términos relativos, es
decir, en referencia a sistemas de normas y jerarquías de
valores, ellos mismos dependientes de las formas de
organización y de funcionamiento del cuerpo social, de las
leyes del mercado, de las orientaciones de las políticas de
desarrollo, etc.
2.8. Líneas de
gestión de evaluación de los servicios.
La búsqueda de una modernización de los
servicios, para el logro de la calidad y la equidad, ha llevado a
proponer incluso «procesos de
acreditación» de los servicios colectivos,
tendientes a conocer los niveles de atención, en el objetivo
de proveer un marco normativo de referencia para racionalizar y
optimizar sus procesos, lo cual, eventualmente repercutirá
en las normas arquitectónicas y de localización.
Es el caso, de una proposición del sector salud, en lo
referido a Hospitales. En todo caso, estas
«acreditaciones», o más generalmente,
líneas permanentes de gestión de
evaluación enunciadas, requieren hoy de
metodologías que permitan apreciar los logros ya no
sólo desde la perspectiva de la productividad del servicio,
sino también del grado de satisfacción del
beneficiado como individuo y grupo social.
2.9.
Asignación de Recursos.
En el objetivo de una modernización de los servicios, se
enuncian cambios de una magnitud sin precedentes en varias
décadas, que afectan al servicio, a su
organización y a la infraestructura que generan, en diversos
grados. Así, se desestiman metas ideales, para concentrarse
en programas continuos de mejoramiento paulatino.
En lo referido a proyectos de infraestructura, se preve avances por
etapas (que en lo posible puedan significar alguna forma de
utilización) priorizándose la
terminación de obras de gran envergadura inconclusas, o bien
las obras complementarias para una plena utilización de la
capacidad instalada.
El objetivo de hacer más atractivo el servicio en su
equipamiento, para una utilización más intensiva
por parte del beneficiario, define la necesidad de obras menores que
cobran cierta prioridad.
Se preven estudios sobre la administración que
tendrán las obras que se financian, para incrementar su uso.
Es recurrente el diagnóstico de carencias para gastos de
operación, que no permiten hacer funcionar equipamientos en
parte o toda su capacidad instalada.
Se busca coordinar inversiones y buscar financiamiento compartido con
los Municipios y otras entidades locales.
Los sectores buscan asignar y distribuir los recursos a nivel
interregional de forma equitativa y objetiva, considerando criterios de
asignación que así lo reflejen, y cubriendo todo
el territorio nacional. Por otra parte, se busca asignar y distribuir
los recursos orientados a la ejecución de obras de
infraestructura mediante un sistema de proyectos que permita
transparencia en la asignación de estos.
Es objetivo generalizado en los servicios, asignar recursos en todas y
cada una de las comunas del país, según sean las
necesidades especialmente de la población más
pobre (se precisa la necesidad de Planes Comunales por sector,
coordinados con el Plan de Desarrollo Comunal).
Para ello tiende a delegarse la priorización de los
proyectos de inversión en las Coordinaciones Regionales de
los servicios, donde éstas, en un proceso de
descentralización y democratización incorporen en
la identificación de los proyectos, a diversas instituciones
de representatividad comunal. Dichos proyectos no necesariamente,
según se ha visto, representan obras de infraestructura
física,
pudiendo representar actividades de promoción (salud,
deporte, etc.), entre otras.
Es objetivo asignar recursos donde la cobertura de los proyectos (obras
y/o servicios de promoción, u otros) sea la mayor posible.
La cantidad de los beneficiarios de un proyecto es relevante, pues este
determina el beneficio social del mismo.
2.10.
Participación Comunal.
Todos los servicios en los sectores cubiertos, promueven una
gestión basada en criterios de descentralización,
evaluación e información. Esto se traduce en un
aumento creciente de la responsabilidad del nivel local en la
definición de necesidades, soluciones alternativas a los
problemas de la población, priorización de los
proyectos, etc., lo cual conduce a los servicios revisados a plantear
el requerimiento de «Bancos de
Información» para efectos de tomar decisiones
adecuadas.
Al respecto, y frente al excesivo optimismo que se detecta en todos los
sectores, cabe recordar que estos Bancos de Información
deben ser muy bien concebidos y mantenidos para que realmente presten
utilidad al nivel local. En experiencias relevantes en
países desarrollados, el establecimiento definitivo de los
bancos de datos ha tropezado con un conjunto de
obstáculos16. El modo en que éstos son o no son
superados es en sí significativo de lo que representa esta
técnica. Tres de los más importantes problemas
son: el financiamiento, la obtención de la
información requerida y la concepción del sistema
de interrogación.
Se requiere grandes volumenes de información, la que debe
ser fiable; además debe estar en permanente proceso de
actualización, so pena de extinción. La
información requerirá muchas veces un valor
agregado (proyecciones de población, con
incorporación de las mutaciones, por ejemplo, en la
composición de la población a través
del tiempo, etc., etc.). La información debe ser
rápidamente accesible por el usuario. Los bancos de
información propuestos por los sectores analizados
incluirían también estadísticas,
repertorios de proyectos o tipologías de intervenciones,
procedimientos para postular a fondos concursables, entre otros. Ello
desencadenaría una demanda generalizada por equipos,
sistemas computacionales en red, y operadores, con todas sus
implicancias de demandas de espacio y su habilitación, en
todos los servicios y niveles. Cabe preguntarse en cuántas
comunas de Chile podrían generarse bancos de estas
características.
En experiencias extranjeras, las principales dificultades referidas a
fondos de inversión social ha sido la falta de capacidad
para formular proyectos en los grupos comunitarios, y en consecuencia
la dificultad para llevar a cabo su participación.
En cualquier caso, parece necesario proveer al medio nacional de nuevos
instrumentos de apoyo a la gestión, creando
además nuevas formas de asociación de los actores
(sociedades mixtas, etc.), que tiendan conjuntamente a coordinar a
dichos actores, para que sus acciones resulten comple¬mentarias
más que competitivas o eventualmente contradictorias con los
objetivos de un desarrollo nacional que se desea integral y
autosustentado (17).
Estos instrumentos, posibles "documentos-guía", de apoyo a
la reflexión y decisión en materia de Servicios y
Equipamientos- sistematizarán opciones que, fundamentadas en
la diversidad, den respuestas a las necesidades locales, evitando
errores de improvisación.
Las habituales urgencias de poner en operación equipamientos
en plazos muy cortos, van originando situaciones negativas y
desequilibrios territoriales que aumentan con la rápida
densificación de las áreas urbanas sin objetivos
de conjunto.
Estos desequilibrios desencadenan perturbaciones y disfuncionalidades
en los territorios urbanos y su entorno, los que deben ser absorbidos
cotidianamente por los habitantes, toda vez que una
característica relevante e inherente al desarrollo
territorial desequilibrado es la degradación del ambiente.
Los "documentos-guía" debieran permitir especialmente:
- hacer adecuados diagnósticos de la situación
actual en el dominio de interés;
- escoger las formas de servicios y equipamientos más
adecuados a la situación local;
- lograr la mayor complementariedad entre las acciones de los
diferentes promotores de los servicios y los equipamientos;
- establecer un programa de equipamientos para una nueva
área a urbanizar;
- estudiar y aprobar un proyecto de equipamiento; visualizar las
reutilizaciones posibles de un edificio existente;
- lograr una mejor adaptación de los servicios y
equipamientos a la evolución de la demanda; buscar
financiamiento para las inversiones y el funcionamiento;
- llevar un mejor control de los costos de la inversión y el
funcionamiento;
- permitir un seguimiento del funcionamiento de los servicios y
equipamientos creadosysu evaluación.
La creación progresiva de instrumentos de este tipo,
significará un cambio cualitativo en la
resolución de los problemas de los Servicios y sus
Equipamientos en Chile.
2.11.
Localización.
Se desea favorecer proyectos -un equipamiento, o «complejos
básicos»-, en áreas vecinales urbanas y
rurales de extrema pobreza.
Las relaciones intersectoriales, especialmente importantes a nivel de
los propios beneficiarios en algunos servicios, como es el caso de
Tribunales en el Poder Judicial, dan cuenta de la complejidad de
variables que inciden en la elección de una
localización concreta del equipamiento y, en definitiva, en
el éxito de los objetivos de equidad y calidad del servicio.
En el objetivo de acercar el servicio a la población
beneficiaria, se constata la tendencia a des-territorializar los
servicios en ciertos niveles de operación. Se presenta como
el cambio más innovador encontrado en materia de
tipologías de equipamientos, y se da en los sectores
Seguridad Ciudadana: con los «Cuarteles Móviles de
Policía»; Poder Judicial: con los
«Consultorios Móviles de Asistencia
Jurídica»; Justicia: con las «Oficinas
Móviles de Registro Civil e
Identificación».
Queda en evidencia que la importancia del esclarecimiento de los
objetivos del servicio y su organización, relega a una
segunda instancia la determinación de los medios -tipo de
equipamientos-que permitirán el mejor cumplimiento de los
objetivos del servicio. En el caso de la innovación citada,
se trata de equipamientos móviles, en los que,
según sea el servicio, cobrará mayor importancia
su conexión a una red de información y comando
centralizado.
3. CONCLUSIONES
Todos los servicios analizados dan cuenta de nuevas estrategias para
avanzar en la resolución de los problemas de la
población, superándose así, el tema de
los «estándares de necesidades de
equipa-mientos», o -expresado en otra forma- de los
"equi-pamientos iguales para todos". No se invoca ya una igualdad
abstracta de necesidades y respuestas, sino que las acciones se
orientan hacia una igualdad para efectos de combatir las desigualdades
de hecho y, en especial para el acceso a la decisión
pública.
Las orientaciones de las políticas sectoriales e
intersectoriales sobre servicios y tipos de equipamientos muestran la
necesidad de generar instrumentos que apoyen la
configuración de proyectos desde el nivel local, mediante la
oferta de tipologías alternativas de intervenciones
posibles, repertorios de proyectos, manuales de formulación
de proyectos para la obtención de fondos concur-sables, y
otros.
No debe olvidarse que también és necesario crear
manuales y metodologías adecuados que permitan transparencia
en la evaluación de los proyectos y en la
asignación de los recursos.
Parece necesario hacer estudios en complejidad, referidos a los modelos
de organización relacionas (interna y externa) que hoy
requieren los servicios, pues su impacto en la planta física
yen su localización es determinante en el éxito o
en el fracaso de los objetivos del servicio, y en consecuencia, de la
política pública.
REFERENCIAS
PRETECEILLE,Edmond, aves la collaboration de PINCON-CHARLOT, Monique,
et RENDU, Paul, Equipement collectifs, structures urbaines et
consommation social, Centre de Sociologie Urbaine, 1975.
Véase VAYSSIERE, Bruno, Reconstruction-Deconstruction, Ed.
Picard, Villes & Societés, 1988, 328 págs.
Véase BAUDOUI, Remi, Planífication Territoriale
et Reconstruction 1940-1946, I.U.P.- U. de Paris, Val-de-Mame, These
Doctorale, 1984.
Véase Urbanismo Revue Francaise, Equipements des Grands
Ensembles, N262-63, 1959.
Véase VAYSSIERE, Bruno, Urbanismo Revue Francaise, N2193,
1982.
Urbanismo Revue Francaise, Equipements des Grands Ensembles,
N°62-63, 1959.
Urbanisme Revue Francaise, Equipement pour l'Homme, N675-76, 1962.
Véase también modificaciones posteriores en
Urbanismo Revue Francaise, Equipement, N690-91, 1965; Urbanisme Revue
Francaise N2125,1971; Urbanismo Revue Francaise Equipements Coliectifs,
N°167, 1978; Urbanismo Revue Francaise Equipement! Equipement,
N2170, 1979.
VAYSSIERE, 1988, op.cit.
PRETECEILLE,Edmond, 1975, op.cit.
Extensos estudios y reflexiones acompañaron las cifras, las
que finalmente dominaron aisladas de los criterios y requerimientos
para su aplicación.
También en países desarrollados.
Véase por ejemplo orientaciones en las políticas
públicas de los sectores de Educación, Salud,
Justicia, Poder Judicial, Deportes y Seguridad Ciudadana.
PAVEZ, M.lsabel (análisis y conclusiones); PEREZ Rowena
(entrevistasycompilación documental), Orientaciones sobre
Patrones de Necesida des de Equipamiento en tas Políticas
Públicas: Educación, Salud, Justicia, Poder
Judicial, Deportes, y Seguridad Ciudadana, para A.C. Consultores, Enero
de 1996, 123 págs.
Véase PAVEZ, R., M. isabel,Servicios Colectivos y
Equipamientos Colectivos: Concepto y Caracterización, Doc.UR
N° 348, 26 ed. ampliada, Julio de 1994, 28 págs.
Véase DUPUY, Gabriel, Urbanismo y Técnica:
Crónica de un matrimonio de conveniencia, Ed. Oikos, Buenos
Aires, 1984.
Este tipo de actividad creativa debiera ser motivo de investigaciones y
propuestas desde el seno de la universidades del país
interesadas en hacer aportes en estas materias.
Nota: ilustraciones de este artículo a partir de
fotografías en Revistas Urbanisme citadas. Libre
composición.