Osvaldo Silva Galdames fue un destacado historiador especialista en historia indígena americana. Se definía como un “prehistoriador” que recogía e interpretaba los aportes de la arqueología y de la historia para entender las culturas precolombinas, aunque también estudió a los pueblos andinos y mapuche en períodos históricos. Su erudición abarcaba a los incas, las culturas de Mesoamérica y otros pueblos del continente. En base a este bagaje realizó variados y valiosos aportes a la historia de Chile y de América que fueron conocidos a través de artículos y libros, dirigidos tanto a especialistas como a estudiantes de distintos niveles de la educación formal.

Su carrera académica estuvo estrechamente ligada a la Universidad de Chile, su alma mater, donde despuntó como estudiante y ayudante primero, y como académico y directivo más tarde. Entre sus múltiples aportes y responsabilidades asumidas en esta casa de estudios, debemos destacar su rol como gerente de la Librería Universitaria, cofundador de la revista Cuadernos de Historia y fundador de la Revista de Historia Indígena, la formación del Magíster de Historia con mención en etnohistoria, además de director del Departamento de Ciencias Históricas (función que ejerció durante largos años) y miembro de la Comisión Central de Evaluación de la Universidad. Su identificación con la Universidad de Chile era total, tanto con la casa de estudios como con su club deportivo, especialmente con su equipo de fútbol del cual era hincha leal.

No obstante, su labor pedagógica no se agotaba en la Universidad. Durante muchos años ejerció docencia en colegios, prolongando de esta manera su aporte hacia las generaciones más jóvenes.

Aunque no fue el primer director de Cuadernos de Historia sino el tercero –a partir del número 17 de diciembre de 1997– su gran dedicación a esta publicación durante casi veintidós años como director, redundó en una virtual simbiosis entre su nombre y el de la revista.

Sus colegas, estudiantes, colaboradores, funcionarios de la Universidad y el medio historiográfico en general, lamentan su partida. Su herencia intelectual seguirá estando presente, la continuación y mejoramiento de nuestra revista será el mejor homenaje que podemos rendir a su memoria desde el Departamento de Ciencias Históricas y la Facultad de Filosofía y Humanidades de su querida Universidad.