Queremos referirnos al profesor Hermann Schmidt-Hebbel, no ya como maestro, profesional y científico, sino como al hombre con quien tuvimos el privilegio de trabajar por cerca de 30 años, a través de los cuales pudimos apreciar otros de sus rasgos poco conocidos de su personalidad. Encontramos en él a un hombre sencillo, amable, de noble corazón, modesto y con un desinteresado y espontáneo interés por entregar sus valiosos conocimientos que nos permitieron surgir en nuestra profesión.
Gracias al Maestro por habernos brindado durante toda nuestra vida profesional su valiosa ayuda, experiencia, confianza y lo más preciado: su amistad.