Extracto de una correspondencia literaria. Carta segunda [27]. Incendio de un teatro en Richmond

 

 

 

Richmond, 27 de Diciembre de 1811.


La noche pasada hubo un gran concurso en el teatro. Casi al terminarse la presentación se incendiaron los bastidores, y en pocos minutos se envolvió en llamas todo el edificio. Ya es cosa asegurada que setenta y tres personas fueron devoradas por el terrible elemento. El descuido de un niño que servía en el teatro fue la causa de un accidente tan triste. Al comenzar el fuego se aterraron los actores, y no pensaron en cortarlo. Las llamas se extendieron con la rapidez de los relámpagos, y avisaron a los asistentes de su peligro; algunos creyeron que era una parte de la decoración; pero cuando vieron todo el incendio, cuando se vieron envueltos en humo ¿quién describirá su confusión, y sus clamores? ¡Que solicitud y que dificultad para salir! Sin duda no se había visto en teatro alguna escena más trágica. Han muerto personas muy distinguidas y amables; he perdido amigos de mi íntima confianza... ¡Oh!  ¡Cuan diferentes noticias me preparaba para escribiros! La ciudad está en consternación y duelo. El Presidente y la Junta han dado las providencias oportunas, y han mostrado su sensibilidad y dolor paternal ordenando que el Miércoles próximo sea un día de humillación y de luto para todos los ciudadanos; que cesen en el todos las ocupaciones; que se ordene la procesión fúnebre con asistencia del poder ejecutivo y legislativo; que el más elocuente de los ministros predique un sermón fúnebre; que todos los ciudadanos vistan luto por un mes, etc.


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(Nota en el título) Véase Tomo I, Nº 14, 14 de Mayo de 1812. Ambos textos no guardan, en todo caso, ninguna relación temática (N del E).
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