Vicios de que adolece nuestro Gobierno, y carácter de que conviene esté revestida la persona que acaso se ponga a su frente. Critica al Gobierno español

 

 

 

No es posible ya dudar de que se trata seriamente de la abolición de la actual Regencia, sustituyéndole un nuevo gobierno. Cosa ardua es, si deseamos el acierto, del [de la] que pende la salud del pueblo español. En sí mismo tiene este esforzado pueblo los recursos. ¡Oh, si hubiesen sabido emplearlos los que lo han gobernado! Ni las juntas provinciales, ni la central, ni la primera Regencia llenaron los votos de la nación. Los actuales regentes, es verdad que no han sido tan clara y abiertamente censurados, ya sea que la oscuridad de su vida doméstica no ha dejado atisbar tanto su conducta, o que su poco fausto y ostentación aleja la envidia, o finalmente que las Cortes llaman por su mayor importancia toda la atención, pero es cierto que tampoco han obtenido completamente la aceptación pública. Después de tantos desengaños, desconfían algunos hallar los hombres que necesitamos, y los buscan fuera de la nación, no habiéndolos hallado en su seno. Pero no nos engañemos: el mal no está en la falta de hombres aptos para el mando, sino en la subsistencia de una fatal rutina que se reciente aún de los vicios y prostitución del reinado de Carlos IV. Falta de energía en todos ramos, desorden en la administración pública, prodigalidad de honores, empleos y grados, injusticia en su repartimiento, ningún cuidado con formar el espíritu público... Sin duda se necesita al frente del gobierno un hombre sabio, virtuoso y enérgico, que ni rastro deje del antiguo sistema.