Cádiz, 3 de Agosto. Sesión de las Cortes del día 2 de Agosto. Proyectos presentados en las Cortes, sobre igualdad de admisión en colegios militares y asignaciones a hospitales militares

 

 

Don José Valle, miembro de la Junta de Cataluña, presentó el plan de una Constitución que fue transmitida a la comisión establecida al asunto.

 

El abogado don José Camino hizo presente la necesidad de admitir sin distinción [a] nobles y plebeyos a las escuelas militares y abolir la costumbre perniciosa, que había prevalecido hasta ahora, en consecuencia de la cual sólo los de alto nacimiento gozaban de este privilegio; que cuando así, sin uso los talentos y excelentes disposiciones de muchos jóvenes, que por falta de este privilegio estaban privados de adelantar y hacerse útiles a su país. Con referencia a este objeto se ha leído una relación juiciosa de la comisión de guerra, fundada en dos principios: que todos los hombres en el orden de la naturaleza sin iguales, y que es más digno de respeto el que por sí mismo se hace útil a la sociedad por sus conocimientos y virtudes. De aquí se ha deducido que la nobleza hereditaria no debe ser preferida al mérito y a la aplicación, etc. La comisión, pues, propuso los siguientes puntos para la sanción de las Cortes: 1º Que las personas decentes sean admitidas en lo sucesivo a los colegios militares, aunque no sean nobles; 2º Que lo mismo debe tener lugar en la marina y otros cuerpos, derogando[se] todas las ordenes anteriores opuestas a este medida. El 5 se señaló para la discusión de esta proposición.

 

Los comisionados de rentas y materias eclesiásticas hicieron presente la necesidad que existía para aplicar a los hospitales militares las sumas destinadas a las comunidades religiosas, prebendas y otros usos piadosos. Con esta mira manifestaron un plan de sus productos, y para prevenir algunos escrúpulos religiosos propusieron que el Cardenal de Borbón, y aquellas personas que él tuviese a bien nombrar, deliberen en esta materia.

 

El padre López: "yo me opongo a esta medida; la Iglesia solo puede hacer esto. El Congreso no tiene derecho para disponer de este caudal, ni el pueblo, ni el rey; y como somos representantes del pueblo, lo que él no puede hacer, menos podemos nosotros (general murmullo). Yo deseo ser entendido; nosotros no nos hemos juntado para arreglar materias eclesiásticas; esto pertenece a otra autoridad, a saber la espiritual; mientras vamos a atacar a la Iglesia, es imposible salvarnos. Miremos a la Francia en el tiempo [en] que se mezcló con el clero, y... (murmullo de desaprobación). Yo digo que si nosotros hacemos estas cosas, estaremos sujetos a excomunión..." (continuó el murmullo). El Vicepresidente le dijo con mucha afabilidad la circunspección que debía observar en el Congreso, pero el padre López renovó su arenga con gran fervor: "Si señor, lo que yo digo está en los libros y en el Evangelio".

 

El señor Torrero le interrumpió preguntando ¿si en el evangelio se hablaba acerca de testamentos y últimas voluntades? "Yo se lo que digo", continuó el orador, "y aquí hay algunos que me entiendan. Nos debemos acordar que nuestros reyes en otros tiempos actuaron muy cautamente en estas materias; la cabeza visible de la Iglesia puede solamente entender en estas materias; estemos entendidos que en todos tiempos, aquellos que han puesto manos violentas en las propiedades de la Iglesia han sido castigados por ello... (el murmullo de desaprobación creció tanto que no pudimos oír la conclusión de este lago discurso).

 

El señor Obispo de Calahorra sostuvo el plan como justo y necesario bajo las presentes circunstancias; él fue designado para el alivio de la clase más meritoria de la nación, a saber, los defensores de la patria, quienes por servirla están padeciendo en un hospital.

 

 

Después de algunas otras discusiones se puso a votación, y fue aprobada con dos correcciones sugeridas por los señores Argüelles y Villanueva.