DESDE CUBA

EL PAIS DE LA “CUMBANCHA”

Vivimos en el mejor de los mundos. Hay pueblos que solamente se lamentan. Aquí, además de las lamentaciones geremíacas, hay la diversión. Lo cierto es, que ya pueden suceder cosas más peregrinas, que aquí nadie se molesta por eso. Si algún pueblo tiene derecho a estar curado de noticias espeluznantes, es éste. Los periódicos publican a grandes titulares noticias como esta: “El Alcalde fue destituido”, porque si lo dejan un día más se lleva hasta los clavos”; “Además del impuesto del 4% que sobre las ganancias obtenidas venían pagando los industriales y comerciantes, se acordó votar una ley en las Cámaras para que paguen el 1% sobre la venta bruta. Con estos impuestos y la baja del azúcar está el pueblo con la soga al cuello. Si no ha reventado ya, es porque en cuanto se mueve, el Tío Sam se despereza, echa una mirada y hace un gesto como diciendo: ¡Allá voy! Vuelve otra vez la calma. Una calma ficticia, artificial que solo durará hasta que tenga el pueblo oportunidad de manifestarse en contra de los arrivistas que, haciendo alarde de su amor a la patria, y su veteranismo nes están dejando en el mayor decaimiento. Mejor dicho, se están dejando, porque todo eso redunda en perjuicio de esta organización social que desaparecerá, cuando desaparezcan ellos.

Al lado de esa organización política completamente corrompida, existe un movimiento bastante alentador en las masas de trabajadores. El trabajador de aquí es, ante todo y sobre todo, anti-político. No en general, sino aquellos de cierto grado de consciencia que más se distinguen en las luchas entre el Capital y el Trabajo. Por eso aquí no tienen vida los partidos socialistas, que apesar de llevar luchando algún tiempo, no son capaces de hacer cosa práctica. Las organizaciones sindicales tuvieron un período de lucha muy activa los años 919 y 1920, pero desde mediados de este último en que hubo expulsiones a granel, quedó muy apabullado el entusiasmo. Hoy están en período de reorganización, y apesar de eso, con motivo de estar unos delegados franceses—que venían de los Estados Unidos, comisionados por el Gobierno de Francia para estudiar las organizaciones americanas—aquí, él proletariado dió muestras de conciencia, no yendo a esperarles al puerto más que tres o cuatro “leaders” obreros al servicio del Gobierno cubano. El espíritu revolucionario ha desaparecido, porque los Estados Unidos son una amenaza constante y un peligro para cualquier innovación que aquí se intentase. El centro del movimiento de este país radica en Yankilandia y mientras allí se estén con los brazos cruzados aquí será lo mismo. Sin embargo; hay varios periódicos y grupos, que se dedican más que nada a labor educativa, en sentido anarquista, que es la tendencia que aquí tiene mejores defensores. Otro día diremos algo relacionado con otras cosas que aquí suceden. Habana, Febrero 923.

FLORENTINO.